Originariamente, el cacao se cultivaba en América Central y en el norte de América del Sur. Fue durante la colonización española cuando se exportó el cultivo del producto, a través de las colonias, a países del trópico, como el centro de África e Indonesia.

CONDICIONES CLIMÁTICAS PARA EL ÁRBOL DEL CACAO

El árbol del cacao (Theobroma cacao) necesita unas condiciones climáticas muy concretas para poder cultivarse. Unas condiciones que solo se encuentran en el trópico. Lluvias abundantes, humedad muy elevada, temperaturas estables entre 20 y 30 °C, poco viento, abundancia de vegetación alrededor y poca altitud a nivel del mar. Cuando el árbol del cacao florece y la flor es polinizada, nace una vaina. Este proceso no tiene lugar hasta que el árbol tiene entre cuatro y cinco años. Cuando nacen las vainas, tienen unos 20 centímetros de longitud y cuelgan de las ramas; pueden llegar a pesar entre 300 y 400 gramos.

En el interior de la vaina hay entre treinta y cuarenta semillas de un color marrón rojizo, y las envuelve el mucílago. El mucílago es una pulpa blanca y viscosa que tiene un sabor dulce y aromas muy florales, que son los que se trasladarán al cacao durante la fermentación. El exterior de la vaina es una carcasa dura que tiene la finalidad de proteger el interior. La particularidad es la forma rugosa, con tonos muy vivos que van del naranja al amarillo y el rojo. Las vainas necesitan entre cuatro y cinco meses para alcanzar un estado óptimo, y luego se necesita otro mes para que maduren. Esto permite que el cultivo sea bianual. Dado que hay climas tan diferentes, cada uno aporta diferentes sabores y aromas al cacao.

Por otro lado, la manera de cultivarlo, fermentarlo y secarlo también lo condiciona.

CURIOSIDAD…

El árbol del cacao puede llegar a medir entre 6 y 12 metros. De todas las flores, solo un 1% puede llegar a convertirse en vaina de cacao. Está cubierto durante todo el año de hojas verdes y flores.